Dios creó a cada mujer con un propósito específico: ser una ezer kenegdo. La Escritura utiliza esta palabra para describir a un Dios que es nuestro aliado, un Dios que pelea por nosotros. Usamos la palabra Ezer para describir cómo podemos reflejar de forma única la imagen de Dios de forma que nos ayude a ser fuertes para otros. La forma en que lo vivamos será única según nuestra propia individualidad, experiencias, energía y temporada de la vida. Nuestra capacidad de ser fuertes para los demás se basa en la seguridad que tenemos en Cristo.

Este estudio nos desafía a definirnos como mujeres sobre la base de quién es Dios y no de los roles y responsabilidades prescritos. Nos invita a examinar la forma única en que Dios nos ha creado para que podamos administrar fielmente la fuerza que nos ha dado en cualquier temporada. En el estudio de feminidad bíblica, aprendemos a abrazar nuestra singularidad y a vivir nuestro llamado justo donde Dios nos tiene hoy.